sábado, 15 de septiembre de 2007

Fama Fraternitas (2): El viaje a Damasco y Egipto


Continuamos con la "Fama Fraternitas".
"Para un tal intento de una general reformación, el muy piadoso y altamente iluminado padre, nuestro hermano C.R . un alemán, el jefe y fundador de nuestra Fraternidad, ha durante mucho y largo tiempo trabajado; y por razón de su pobreza (por más que era descendiente de padres nobles) fue puesto en un convento donde aprendió los idiomas Griego y Latín (por su propio deseo y petición), Siendo todavía en sus años de crecimiento, se unió con un hermano Fra. P.A.L., que se había determinado viajar a Tierra Santa."
"Aunque este hermano murió en la isla de Chipre y así nunca llegó a Jerusalén, no obstante C. R. nuestro hermano, sin embargo, no retornó sino que se embarcó y fue a Damasco, pensando desde allí ir a Jerusalén, pero por razón de la debilidad de su cuerpo se quedó en Damasco y con sus conocimientos en medicina tuvo gran favor con los turcos."
"Durante este tiempo se relaciona por casualidad con los Sabios en Damasco, en Arabia, y admiraba los grandes milagros que ellos hacían y cómo la Naturaleza abría sus secretos para ellos; y con esto fue el noble y alto espíritu del hermano C.R. tan conmovido que ya no estaba Jerusalem tanto en su mente, como Damasco. El tenía apenas 16 años de edad cuando llega a dicha ciudad, pero había hecho un trato con los árabes para que le llevaran hasta Damasco, pagándoles cierta suma de dineros. En Damasco le recibieron los Sabios (como él mismo testificó), no como un extraño, sino como uno que habían esperado desde hacía muchos tiempos y le llamaban por su nombre y le mostraron como sabían los secretos del Convento en Alemania, una cosa que le hacía más que pensar y maravillarse grandemente."
"Aquí aprendió mejor cómo hablar el idioma árabe, tanto que el año que siguió pudo traducir el libro M. en perfecto Latín, un escrito que él más tarde llevó consigo. Este fue el lugar donde él aprendió su medicina y sus matemáticas de lo cual el mundo con justicia debiera regocijarse, si existiera más AMOR y menos envidia.
Después de tres años retornó con toda conformidad, y se embarcó sobre Sinus Arabicus hasta Egipto, donde no permaneció por mucho tiempo, sino sólo para informarse mejor de las plantas y animales."
Comentario: Como leemos, Christian tenía apenas 16 años cuando llegó a Damasco y por "casualidad" se encontró con los sabios de Damasco. Pero inmediatamente el lector puede descartar tal casualidad y entrever que existía un plan desde hacía mucho tiempo atrás, acaso en una vida pasada de Christian. Los sabios de Damasco ya conocían su identidad, su vida y su misión. Ahí fue que afianzó sus conocimientos médicos, y aprendió matemáticas y otros secretos de la naturaleza. Su misión le estaba quedando más clara, estaba recordando quién era en realidad. ¿Acaso no nos sucede a todos nosotros lo mismo? Si reflexionamos sobre los eventos de nuestra presente encarnación, empezaremos a tener más piezas del rompecabezas que representa nuestra verdadera identidad. Descubriremos que tenemos una misión y que en el camino encontraremos las herramientas que nos ayudarán en este objetivo.

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